Cada segundo fin de semana de mes se celebra en la antigua estación de tren de Delicias de Madrid, hoy Museo del Ferrocarril, el denominado Mercado de Motores. Se llama así porque empezó en 2012 en la nave de Motores que tiene Metro en la zona de Pacífico, pero a los pocos meses se trasladó a su actual ubicación debido a su éxito de afluencia. Yo estuve en unas de sus primeras ediciones en el Museo del Ferrocarril y he ido de nuevo en febrero de este año y aunque ya me encantó en su momento, ahora ha mejorado incluso.
En esa primera edición a la que asistí ya me pareció muy europeo, pero después de mi última excursión a Londres para ver sus mercados, aun más creo que no tiene nada que envidiarles.
El sitio en sí ya merece la pena, porque se trata de una antigua estación de tren con locomotoras y vagones de varias épocas, dando un toque aun más bohemio al mercado. En la entrada hay una cafetería muy vintage y al fondo un patio con mucho ambiente. La entrada es gratuita.
Los vendedores que acuden van rotando en cada edición y son elegidos por los organizadores por su originalidad, calidad de sus productos y por el montaje que realicen de su puesto. La parte interior del Museo está reservada para los profesionales y en la parte exterior se reúnen particulares ofreciendo productos de segunda mano y vintage.
Suele haber música en directo. En esta ocasión tocaba un grupo cubano que lo mismo tocaba salsa que jazz.
A la derecha según se entra encontramos la zona gourmet: panes artesanos, expectacular vermú Cornicabra, especias de La Massala, productos de azafrán (incluso licor).
También sobrasadas de Mallorca, trampantojos de sandwiches que en realidad son deliciosas tartas, tés aromaticos, quesos de cabra.
En la zona exterior del fondo había una zona chillout y muchas mesas de picnic.
Aquí puedes encontrar varias opciones para comer, deliciosas: un bocadillo de pollo a la brasa del Mestizo Food Truck, otro de pulled pork y riquísimas papas arrugadas con 5 tipos de mojo (los de pulpo y queso estaban deliciosos. Los bocadillos estaban tan ricos que no pudimos esperar para sentarnos para comerlos y los devoramos mientras haciamos la cola.
La comida y la bebida (cervezas, tintos de verano, mojitos, etc) funcionan con un sistema de fichas que tienes que comprar en unas mesas, pero que puedes devolver si no consumes todas. Para la sobremesa, hay en la entrada una cafetería para tomar un café con un dulce.
El Mercado es un sitio muy apropiado para niños, a pesar de la afluencia, ya que no sólo les pueden interesar los puestos sino que hay tres mini trenes donde niños (y adultos) pueden darse una vuelta (hay uno con locomotora de vapor). En la edición de febrero había cine (3 peliculas por día), cortesía de Mahou.
Y en la nueva edición 12-13 marzo hay taller de Chugginton que organiza el Museo del Ferrocarril, en horario de mañana.
En la parte de decoración y artesanía puedes encontrar complementos de moda, como las originales pajaritas y corbatas de José Zambrano o los divertidos calcetines de Hop Socks.
Botijos muy florales de Decupach, letras de madera y decoración vintage o una maravillosa coleccion de globos terráqueos.
Puzzles 3D de animales preciosos de Fauna Urbana (las libélulas y los camaleos eran preciosos) o bubólicos cojines de Freelosophy.
Divertísidimos Los Tukis de Kalidoskopio, muñecos de trapo desde Wally o Audrey Hepburn pasando por Freddy Mercuri o Frida Khalo. O las maravillosas muñecas de Muerta Jacinta, inspiradas en las calaveras mexicanas, algunas con un tope romántico y otras muy rockeras (nos contó que la cuenta oficial AC/DC de Instagram había dado un like al muñeco que había hecho con la camiseta del grupo).
Y lo genial de este mercado, que abre sábados de 11 a 22 horas y domingos de 11 a 20 horas, es que como va variando, cada edición es diferente a las anteriores. Un auténtico planazo de lujo en el centro de Madrid.