Un paseo por Asturias con niños

Este verano hemos pasado una semana en Asturias y ha sido una delicia, después del calor horroroso que hemos sufrido (y seguimos sufriendo en Madrid). El tiempo ha sido el típico asturiano, durmiendo con mantas (¡qué gusto!), pero nos ha dado ratos muy buenos para disfrutar de las maravillosas playas del Cantábrico, y para hacer actividades muy interesantes para niños y mayores.

Alquilamos una casa en medio del monte a través de Airbnb en el concejo de Salas, y, aunque nos tocaba ir en coche a todos sitios, la verdad es que la disfrutamos mucho, y al final eso de que cruja el suelo acaba haciendo hasta gracia 🙂 Desde ahí, nos movimos sobre todo por el Occidente Asturiano, aunque alguna visita hicimos más allá de Oviedo.

Salas es un pueblo muy coqueto, con una torre y varios edificios interesantes, y os recomiendo una visita en plan tranquilo y para cenar el bar de tapas El Cobertizo, que tiene una terraza muy agradable, con zona de juegos para los niños, donde empezamos nuestra ruta de la tarta de queso, que duró hasta una semana después cuando cenamos en el restaurante Casa Ricardo en Cornellana, ideal también por su cachopo (con un patio posterior con terraza y una pradera para los niños).

Torre de los Valdés de Salas
Torre de los Valdés de Salas

 

Al día siguiente de llegar nos hizo un tiempo de escándalo. Había oído hablar de la Playa del Silencio y me llamaba mucho la atención. Está en el pueblito de Gavieiro, perteneciente a Cudillero y, si no hay mucha gente, puedes intentar aparcar el coche en el propio sendero, pero no hay mucho sitio. Si llegas un poquito más tarde, no te preocupes. Un buen paisano del pueblo ha decidido montar un parking en su “prau”, por el módico precio de un euro. Lo tiene muy buen montado el señor, porque también tiene en el mismo “prau” una furgoneta con bebidas, snack, perritos y hamburguesas.

Playa del Silencio
Playa del Silencio

Desde el pueblo tienes unos 5 minutos más andando y luego llegas al sendero, un poco empinado y no muy llano, que desemboca en unas escaleras estrechitas y en zig-zag, que se bajan bastante bien pero se suben peor. La playa es de bolos, con muy poca arena, y en la orilla tiene bastante roca. El día que fuimos había mucha alga y el agua estaba turbia y con las rocas se hacía complicado un baño seguro, pero los niños disfrutaron, y las rocas de los laterales de la playa son ideales para “investigar”.

Como no es de acceso fácil, no estaba muy llena, pero tampoco estábamos solos. Bonita para conocer y ver, aunque quizás no la mejor para disfrutar, sobre todo si no eres de los que van en plan minimalista a la playa, porque el camino es complicadito y la subida se hace dura.

En la Playa del Silencio
En la Playa del Silencio

Desde ahí, nos acercamos a Cudillero a comer, y aunque llegamos muy tarde, la plaza frente al puerto estaba en plena ebullición y no tuvimos problema para encontrar sitio. Cudillero siempre está en las listas de los pueblos más bonitos de España, por sus casas colocadas en anfiteatro frente al puerto, y con colores alegres y llamativos. Es un pueblo bastante turístico en cuanto a servicios (restaurantes, tiendas, etc), pero creo que no pierde su esencia marinera.

Cudillero
Cudillero

El siguiente día que nos hizo bueno quisimos ir a otra playa más “civilizada” y enfilamos hacia Luarca, que es un pueblo también marinero y con un encanto muy especial. El puerto es muy colorido y le da un aire muy bucólico. En el mismo casco urbano hay dos playas. Nos quedamos en la más cercana porque en la otra, aunque es bandera azul, había más olas. Son playas de arena negra, muy fina, con rocas grandes para “explorar” y una marea un poco caprichosa, que subía y bajaba durante el día como le daba la gana. Después de comer, unas fabes con almejas, cachopo espectacular y raya en salsa (¡Cuánto tiempo hacía que no comía raya!), volvimos a la playa y acabamos encaramados a un saliente de la pared porque la playa literalmente desapareció. La playa era muy curiosa, porque había casetitas de colores, que pertenecían a vecinos que allí a pasar el día en unas praderitas de césped que había en frente de las casetas.

Luarca
Luarca

Uno de los días que se levantó nublado, aunque luego hizo un tiempo muy bueno, decidimos aventurarnos “al otro lado del muro” y nos fuimos a Lastres, a hora y media de donde estábamos alojados. La idea era ir al Museo del Jurásico pero primero fuimos a Lastres a comer. Lastres, también uno de los pueblos más bonito de España y conocido por la serie “Doctor Mateo”, es un pueblo marinero, encaramado en un acantilado, lo que hace que moverse, tanto para arriba como para abajo, sea considero ejercicio de alto impacto, que vino genial para bajar la peazo de fabada que nos metimos entre pecho y espalda en la sidrería El Escanu con una terraza espectacular hacia la playa.

Vista desde la Sidrería El Escanu
Vista desde la Sidrería El Escanu

Como era difícil aparcar, acabamos en un mirador arriba del todo, que nos dió acceso a unas vistas maravillosas.

Vista de Lastres desde el Mirador
Vista de Lastres desde el Mirador

Y después nos fuimos al Museo del Jurásico, en Colunga, una de las actividades que más han gustado a los niños. La parte exterior del Museo, gratis, les encantó a los niños, tiene un montón de reproducciones a tamaño real de dinosaurios, bastante bien ambientados, y también hay un parque infantil muy completo y una cafetería, tanto con zona exterior al lado del parque infantil, como interior con una cristalera y unas vistas maravillosas al monte. El Museo en sí está en un edificio muy bonito, con forma de huella de dinosaurio, y tiene cosas interesantes dentro, como varias reproducciones de esqueletos de dinosaurio, y fósiles muy curiosos, y está muy bien ambientado, pero la verdad es que después de gastar casi 30 euros en la entradas (2 adultos y 3 niños), los niños lo que más disfrutaron fueron los exteriores. ¡Así que un consejito para una actividad gratuita e interesante!

Museo del Jurásico de Asturias
Museo del Jurásico de Asturias
Diplodocus
Diplodocus
¡A mi no me da miedo el T-Rex!
¡A mi no me da miedo el T-Rex!

Otra tarde fuimos a dar un paseo por Gijón y además de disfrutar de una puesta de sol maravillosa, descubrimos un lugar estupendo para ir con niños: Las Terrazas del Pery, al final del Paseo del Muro. Se trata de un restaurante bastante grande con horno de leña, con una zona infantil y una terraza muy agradable. Nos paramos solo a tomar algo y que los niños jugaran y acabamos quedándonos a cenar unas pizzas al horno de leña, crujientes y deliciosas. ¡Todo un acierto!

Puesta de sol en Gijón
Puesta de sol en Gijón

Una de las actividades estrella de este viaje ha sido la Senda del Oso, apta tanto para el senderismo como el cicloturismo que puede llegar hasta casi los 50 km entre ida y vuelta. Tiene el aliciente, para niños y adultos, de pasar por el cercado osero de Proaza para ver los osos que viven allí, unos protegidos y otros en semi libertad. A la senda se puede acceder desde varios sitios, pero nosotros decidimos ir desde Tuñón, donde nos encontramos con el centro de BTT Valles del Oso, en la misma carretera, donde, sin tener reserva, pudimos alquilar unas bicicletas para realizar la senda. Alquilamos una bici con remolque, un semitandem y una bici de niño. Recomendamos mucho este centro porque, además de ser muy amables y confiados, las bicicletas eran de buena calidad, estaban muy nuevas y la información y apoyo que nos dieron fue excelente. Iniciamos la ruta en Tuñón y llegamos hasta Proaza, 6,5 Km después, por lo que hicimos un recorrido total de 13 Km,  durante el que pasamos por dos pueblos (Villanueva y Proaza), varios puentes, tomamos un refrigerio en el Bar de la zona recreativa de Buyera y vimos a Paca, Tola y Furaco, los osos que viven protegidos, más otro oso pequeño, Molina, que se estaba junto al cercado y al que vimos a solo un par de metros de distancia. Es una actividad genial para realizar con niños y también para adultos. Nosotros no tuvimos problema por ir sin reserva porque el día estaba lluvioso pero en verano creo que es recomendable hacer la reserva previamente.

El Oso "Molina" en el cercado osero de Proaza
El Oso «Molina» en el cercado osero de Proaza
Paisaje por la Senda del Oso
Paisaje por la Senda del Oso

Asturias es increíble: su gente, tan amable y apacible; su comida, exuberante en cantidad y con excelente materia prima; sus paisajes verdes y frondosos; esas playas, tranquilas y evocadoras. Visitada por muchos pero no masificada, donde aún se pueden encontrar lugares recónditos y desconocidos como esta cascada.

Cascada asturiana
Cascada asturiana

Y para finalizar nuestra visita asturiana, no podíamos perdernos un mercado tradicional, así que nos acercamos el domingo al Mercado de Grado y, aunque llegamos tarde, pudimos adquirir fabes, miel artesana y algún queso para llevarnos a Madrid un trocito de nuestra maravillosa semana. No creo que haga falta recomendar a nadie visitar Asturias, pero, por si acaso, no os perdáis este Paraíso en la tierra.