Visitar Londres es siempre un gran placer, ya que hay diferentes tipos de Londres dentro de la misma ciudad, lo que hace que puedas descubrir muchas cosas nuevas cada vez. Yo tengo la suerte de haberla visitado varias veces, con distintos ángulos y con distintos ojos: de negocios, de museos, con niños, de turisteo vario,… y esta vez ha tocado de mercados. Una nueva visión de Londres que me ha sorprendido muy gratamente.
Algunos de los mercados que visité en mi última visita a Londres ya los conocía de visitas anteriores, pero tuve oportunidad de conocer otros de los que nunca había oído hablar.
Nada más aterrizar nos dirigimos a Candem Town, el mercado por antonomasia en Londres. Tal y como yo lo veo, se divide en tres zonas: la calle en sí, el Candem Market en la plaza, y el Candem Lock Market, en el laberinto de antiguos almacenes y callejuelas. Vamos, en realidad es un complejo de mercados, donde no se ve claramente dónde empieza uno y dónde acaba otro.
Si llegas a la estación de Candem de Metro, coges la calle principal, que es muy curiosa, porque las tiendas tienen las fachadas decoradas con la temática de la tienda, pero “a lo grande”: un zapato gigante o un elefante te puedes encontrar en estas fachadas.
Luego, el mercado en la plaza abierta, son tenderetes más al estilo de cualquier otro mercado, pero siguiendo la tónica alternativa de la zona. Eso si, el regateo se hace casi imprescindible, porque suben los precios un poco ya que es muy turístico.
La zona que más me gusta es la del Lock Market. Subes escaleras, te metes en otra sala, donde hay artesanía, bajas y apareces delante de una cafetería con una riquísima tarta Red Velvet, entras por un pasadizo y encuentras una tienda con chaquetas de cuero de segunda mano, y giras la esquina y hay una tienda de tutús o guirnaldas de luces hechas con capullos de seda reales. Es mágico entrar en en el Candem Lock Market. Eso sí, si algo te gusta, no lo dejes para después, que quizás no vuelvas a encontrar la tienda en cuestión.

Una tienda muy curiosa en la plaza donde están los puestos de comida es Ciber Dogs, donde, según entras, piensas que estás en una discoteca porque hay música techno bastante alta y ves a dos gogos psicodélicas bailando en unos altillos. La tienda es muy grande, abajo tienen una zona enorme, donde vas a encontrar ropa muy galáctica y divertida. Más abajo aún tiene una zona para adultos bastante curiosona.

En esta zona se puede comer el tradicional fish and chips en Poppies, que tiene varios restaurantes por todo Londres. Me pareció un fish and chips de calidad, estaba riquísimo, y a precio londinense pero aceptable. La ambientación es una mezcla entre los años 50, un poco rockabilly, pero con un toque de campiña inglesa.

Un mercado que descubrí en este viaje fue el Borough Market, y tengo que decir que me emocionó y que lo apunto en mi lista de mercados preferidos del mundo. El mercado ocupa los bajos de las vías del tren y de parte del London Bridge, y da a la calle a través de una cristalera muy moderna pero que encaja muy bien con lo tradicional del propio mercado.

El mercado es una explosión de color de verduras, quesos, carnes, pescados, frutas, panes, confituras,… Quien piense que los ingleses comen mal, desde luego aquí van a quitarse esa opinión. Es un mercado gourmet con productos de primera calidad, muchos de ellos ecológicos, principalmente producidos en Reino Unido, pero cada vez más abierto a productos internacionales.
Además de comprar alimentación, también se puede consumir allí. Nuestro desayuno consistió en un increíble bocadillo italiano y un zumo exótico natural, y luego una tarta de queso en un puesto que tenía como 15 tipos de tartas de queso, y un café con especias. ¡Un gran desayuno para iniciar el día con fuerzas! Sobre todo en la parte de comida había mucha variedad en cuanto a orígenes.
Otro mercado habitual en todas las visitas a Londres es Covent Garden, donde es fácil imaginarse, si quitas de tu vista a la cantidad de gente que suele pasar por ahí, a la señorita Doolittle de My Fair Lady en su puesto de flores. No en vano, esto es lo que era en su origen, un mercado de flores y frutas. En realidad es una zona comercial todo su alrededor donde puedes encontrar tiendas como Apple o las principales franquicias, y, por supuesto, la Royal Opera House . Dentro del mercado, de estilo victoriano, hay tiendas muy bien ambientadas (ayudan los techos bajitos y las paredes de ladrillo visto rojizo). Además de tiendas, donde recomiendo la tienda de regalos y chorraditas Pylones. ¡Me lo llevaba todo!

En la parte baja del mercado y también en la central hay varias cafeterías y restaurantes muy agradables, y además siempre suele haber alguien cantando o haciendo algún espectáculo (esta vez había un señor literalmente en calzoncillos que parecía un hacha haciendo malabares con cuchillos mientras hacía equilibrios subido a una escalera de una sola hoja O_O).
Desde Covent Garden se llega en unos minutos a la zona comercial de Saint Martin’s Courtyard, una zona con casi todas las tiendas de las principales cadenas y con un patio muy agradable con algunos bares y restaurantes. Me hizo mucha ilusión comer en Jamie’s Italian, del reconocido Jamie Oliver. De este concepto, cocina italiana cocinada de manera simple pero con excelentes ingredientes, tiene como unos 40 restaurantes por todo Reino Unido. Y tengo que reconocer que me gustó mucho. Tienen unas tablas con embutidos, encurtidos y entrantes (sus famosos “Planks”), que sirven en unas tablas de madera que montan sobre unas latas de tomate. Muy de andar por casa. Además, como tienen una pequeña tienda, luego te puedes llevar una tabla de madera, los libros de cocina de Jamie o incluso algunos de los ingredientes que usan (todo con la marca de Jamie). De este restaurante, recomiendo el guiso de pescado al estilo veneciano, una delicia un poquito picante con el punto justo del pescado y el marisco.
Los domingos la zona de Brick Lane se transforma y se convierte en un conglomerado de mercados bajo el concepto global de Sunday Up Market.

Aquí encontramos el Tea Room Market, a ras de suelo, pero el techo bastante bajo. Era sobre todo de cosas de segunda mano y coleccionismo, muy vintage, parecía que te habías colado en otro siglo (incluso había un puesto de taxidermia). También el Vintage Market, para el que tienes que bajar a un sótano, también con techo bastante bajo, donde encuentras ropa de segunda mano vintage, sobre todo abrigos de piel y cuero.
En el Boiler House Food Hall de repente nos encontramos rodeados por tipos de comida de todo el mundo, desde etíope, cubana, marroquí, asiática, de los Balcanes, etc. Era difícil elegir entre tanta variedad, con tantos olores y colores, y sobre todo porque era la hora del desayuno. En el mercado callejero de Brick Lane ya habíamos compartido un exquisito bocadillo peruano y un zumo natural, y aquí nos decantamos por un plato combinado de deliciosa comida marroquí. Vamos, que salimos bien alimentados para el próximo destino.
Justo en esa misma calle, encima del Boiler House Food Hall, se celebraba ese finde la Renegade Craft Fair, una feria de artesanía que se celebraba por todo el mundo. Habia cosas preciosísimas, y conocimos a la ilustradora Emma Blocks, quien nos hizo este precioso retrato.
Y muy cerca de esta zona está el conocido Spitafields Market, tambien estilo victoriano, donde conviven tiendas normales (brick and mortar), con puestos de artesanía, de souvenirs, de comida, restaurantes y bares, incluso un tienda Tiger 😉 Era un domingo cuando lo visitamos y estaba muy muy animado. Picamos algo en el restaurante The Real Greek , con una variedad de tapas griegas muy interesante. Delicioso el pulpo a la brasa.
Finalmente, y ahora que está tan de moda el concepto de Street Food Markets, con los Food Trucks (o Gastronetas, como se nos ha ocurrido traducirlo aqui), descubrimos el Street Feast Hawher House, pero en vez de ser en la calle era en una nave industrial en la zona de Canada Water. Dentro nos encontramos un montón de puestos de comida de todo tipo, varios bares especializados (vino, cervezas, whisky, etc), DJs y mucho ambiente. A destacar Meat Hook, una parrilla enorme donde hacían una carne estilo argentina a fuego lento, deliciosa; y American craft, con más de 40 variedades de cerveza americana clasificadas de más suave a más fuerte.
Y para terminar este post, os recomiendo la cadena de restaurantes portugueses Nando’s y sus maravillosos huevos benedict. Eso sí, id con hambre porque son contundentes. Hay por todo Londres e incluso una en el aeropuerto de Gatwick.