Albóndigas de berenjena: recupérate del atracón navideño

Aquí os traigo una de mis recetas estrellas, y no sólo porque estén súper ricas están albóndigas y son muy sanas, sino porque no conozco a nadie fuera de mi familia que las haga. ¡Receta de mamá!

Para esta receta y para unas 4 personas, para un primer plato o picoteo, necesitas:

  • 2 berenjenas hermosas, firmes y brillantes.
  • 1-2 dientes de ajo, depende de lo que te guste
  • 3-4 ramitas de perejil fresco (mejor recien cortado de la maceta)
  • 1 huevo
  • pan rallado
  • un poco de harina
  • aceite para freir (prefiero de oliva, pero hay gente que prefiere de semillas para no dar tanto sabor al plato)
  • sal

Lo primero es pelar las berenjenas y cortarlas en daditos (se cortan en lonchas longitudinales de 1 cm aproximadamente, luego en bastones del mismo grosor y, por últimos en dados). Luego se ponen en una olla con agua que las cubra y un poco de sal. Cocerlas por unos 15-20 minutos (dependen de cada berenjena, las rayadas tardan un poco más), y luego colarlas en un colador fino y dejarlas escurrir para que suelten todo el líquido. Se les puede apretar con un tenedor para que filtren más. El resultado tiene que ser una pasta de berenjena con cierta firmeza (que no sea un puré) y que no chorree agua. Dejar enfriar las berenjenas.

Poner la pasta en un bol y añadir el ajo bien cortadito o machacado con un machacador de ajos y el perejil bien picadito. Añadir también el huevo y remover para ver la consistencia. Ir luego añadiendo poco a poco pan rallado para dar consistencia tal que permita manipular la masa para hacer albóndigas. La cantidad del pan rallano dependerá del agua que tengan las berenjenas y de la consistencia que seamos capaces de manejar.

Poner el aceite en una sartén con cierta profundidad ya que las albóndigas deberán quedar totalmente cubiertas de aceite al freirlas. Mientras se caliente el aceite, ir haciendo las bolas de albóndigas y pasarlas ligeramente por harina. Echar en la sartén cuando el aceite esté bien caliente, pero no humee porque si no se quemaría la harina y amargaría. Freirlas durante unos minutos hasta que queden doraditas y ponerlas en un plato con papel absorbente para que elimine el exceso de aceite, pero si se han frito bien no quedan nada aceitosas sino crujientes por fuera y jugosas por dentro.

Se pueden mojar en una salsa ligera de tomate. ¡Y a disfrutar de un aperitivo sano! ¡¡

¡¡A mi hijo le gustan más que las salchichas!!

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